El atractivo de la responsabilidad

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Nos encantan nuestras cervezas. Las elaboramos con la misma pasión con la que las vendemos. Con el mismo orgullo. Y también con idéntico entusiasmo con el que las toman nuestros consumidores, entre quienes me incluyo.

Hablar de responsabilidad en este contexto puede parecer aburrido, mucho menos interesante que hablar de tantos momentos especiales que vivimos mientras compartimos una cerveza en familia o con amigos, o cuando nos damos ese gusto individual, muy parecido a una recompensa. Pero el consumo responsable no se trata de prohibiciones y controles sino de la libertad. No se refiere a no tomar sino que nos marca cómo disfrutar cuando elegimos tomar una bebida con alcohol. Y a respetar al que decide no beber.

Necesitamos adultos educados, y condena social desarrollada. Por eso es tan importante dotar a la gente de información y herramientas, de valores, y de un horizonte de oportunidades, para que esa libertad pueda vivirse de la mejor manera. Para que se la disfrute y no se la padezca.

La gran mayoría de consumidores de bebidas con alcohol en la Argentina sigue patrones de consumo moderado. Un estudio reciente de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) da cuenta de que un 93% de los argentinos consume bebidas con alcohol de manera responsable. El hecho de que en nuestro país el consumo se haya asociado desde siempre fundamentalmente con las comidas es un factor positivo en este sentido. También lo es el hecho de que las bebidas más arraigadas culturalmente sean las fermentadas y de baja graduación como la cerveza y el vino. Mayor frecuencia y menor ingesta por ocasión es la ecuación saludable para todos.

El estudio referido muestra que existe una minoría que bebe en exceso, y que incluso de entre quienes beben de manera moderada, hay quienes se exceden en ciertas ocasiones. Estos datos marcan la relevancia de realizar intervenciones específicas, dirigidas a grupos de riesgo, y no regulaciones universales que castiguen a los consumidores que beben de forma responsable.

El Estado tiene un papel clave en la definición de políticas públicas, sin dudas. Pero es fundamental que la norma influya positivamente en la conducta de la gente para generar efectos positivos y sustentables. Y esto no se puede hacer exclusivamente sobre la base del imperativo legal sino desarrollando un consenso de la gente hacia las regulaciones. Esto es clave para que gane relevancia la condena social, que no es otra cosa que un rasgo de generosidad del cuerpo social, un signo de madurez que implica pertenencia e identificación de la gente con la sociedad de la que forma parte. Porque al fin y al cabo es imposible tener un inspector o un policía en cada esquina.

Para lograr un equilibrio positivo y sustentable de educación, prevención, control y sanción es clave un trabajo articulado de múltiples actores. Este es el espíritu de la Semana de la Promoción del Consumo Responsable de Cervecería y Maltería Quilmes, cuya cuarta edición acaba de concluir. Con foco en los pilares en los que la Compañía viene trabajando desde hace más de una década a través de la iniciativa Vivamos Responsablemente (que los menores no tomen, que no combinemos las acciones de beber y conducir, y erradicar el consumo excesivo) la Semana ha demostrado ser una plataforma eficaz para transmitir los esfuerzos que realizamos todo el año.

Un fruto de este trabajo ha sido el instalar en la Argentina el concepto del “Conductor Designado”, de creciente aceptación, fundamentalmente, por parte de los jóvenes, y que fue distinguido, junto con la Semana del Consumo Responsable, por la Agencia Nacional de Seguridad Vial. O el “Decálogo del Consumidor Responsable de Bebidas con Alcohol” que COPAL, la cámara que agrupa a las industrias de alimentos y bebidas, suscribió el viernes pasado con el Ministerio de Salud de la Nación.

El desafío es comunicar de una manera positiva y atractiva el rol de la responsabilidad. Celebrando la vida, la diversión y la alegría, destacando los buenos ejemplos y los mejores modelos, generando contagio sobre lo que está bien, haciendo que se convierta en un espejo en el que queremos mirarnos. Nos apasiona ese desafío. Tanto como nuestras cervezas.


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